EL APLASTAPULGARES
Esta es una de las máquinas de tortura más simples y
antiguas que existen. El aplastapulgares, como no es difícil imaginar, es un
dispositivo de hierro mecanizado que se colocaba en la mano y que la iba
mutilando gradualmente. Él mismo se podía ir regulando para aplastar y destruir
primero las uñas, luego los dedos, los nudillos y si así se deseaba, finalmente
la mano entera. Este aparato se le colocaba generalmente a ladrones, la persona
no moría pero sufría un dolor supremo en sus manos, el aplastapulgares tenía
tres barras de metal dispuestas de forma vertical entre las que se colocan los
pulgares, mientras, una madera maciza se desliza hacia abajo por las barras de
metal y los dedos son aplastados, mediante un tornillo de metal que aplica cada
vez más fuerza.
EL POTRO
El potro se utilizó en muchísimas partes de Europa durante
muchos años. Básicamente, la víctima es colocada en una incómoda cama de madera
con una manivela o una rueda mecánica de metal a la cual se le aplicaban
cuerdas y cadenas que sostenían los miembros y las articulaciones. Al girar la
manivela, las cuerdas se tensaban hasta dislocar cada una de las articulaciones
sujetadas, romper huesos o incluso arrancar la extremidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario