nieve

lunes, 16 de diciembre de 2013



EL APLASTAPULGARES

Esta es una de las máquinas de tortura más simples y antiguas que existen. El aplastapulgares, como no es difícil imaginar, es un dispositivo de hierro mecanizado que se colocaba en la mano y que la iba mutilando gradualmente. Él mismo se podía ir regulando para aplastar y destruir primero las uñas, luego los dedos, los nudillos y si así se deseaba, finalmente la mano entera. Este aparato se le colocaba generalmente a ladrones, la persona no moría pero sufría un dolor supremo en sus manos, el aplastapulgares tenía tres barras de metal dispuestas de forma vertical entre las que se colocan los pulgares, mientras, una madera maciza se desliza hacia abajo por las barras de metal y los dedos son aplastados, mediante un tornillo de metal que aplica cada vez más fuerza.



                                                                                    EL POTRO

 
El potro se utilizó en muchísimas partes de Europa durante muchos años. Básicamente, la víctima es colocada en una incómoda cama de madera con una manivela o una rueda mecánica de metal a la cual se le aplicaban cuerdas y cadenas que sostenían los miembros y las articulaciones. Al girar la manivela, las cuerdas se tensaban hasta dislocar cada una de las articulaciones sujetadas, romper huesos o incluso arrancar la extremidad.


 



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